Paulo Airaudo consigue su Segunda Estrella Michelin, primera en Londres

Mientras en San Sebastián Gastronómika se dan cita chefs de todo el mundo, alrededor de profesionales e industria para vivir 72 horas de pasión en uno de los congresos más importantes del mundo, en Inglaterra, se conocían las novedades de la Guía Michelin 2020. En dicha gala, un argentino afincado en la ciudad donostiarra, Paulo Airaudo, que ya consiguió en un tiempo record de 7 meses su Estrella Michelin para el restaurante que regenta en San Sebastián, Amelia, ha sido reconocido en la guía inglesa con otra Estrella, en este caso con el Restaurante Daterra, (Londres).

Parece que fue ayer, cuando en el año 2017 visité Amelia tras consejo del equipo del Restaurante 360º de Gran Canaria, y también de José Carlos Capel y Julia Pérez Lozano, que me dijeron, «Javier, si te cuadra, no dejes de ir a visitar a este hombre, es muy interesante lo que está haciendo». Quien me iba a decir a mí, que mes y medio después, en la Gala Michelin 2018, que se celebró en Tenerife, terminaría consiguiendo su primera estrella, que como dije antes, la obtuvo en un tiempo record de 7 meses abierto nada más. Hoy hablaba con Paulo que desde Londres, eufórico y efusivo como es él me decía «Javier, voy a por todas, no sé si será este año o el próximo, pero mi camino con la Guía Michelin en España únicamente está empezando. Ya sabes que en breve me mudo de local en San Sebastián, pero no voy a cejar en mi empeño de demostrar que otro tipo de elaboraciones es posible en un entorno como en el que vivo, donde, casi me siento más respetado y apoyado fuera que en casa, pero sé que con el tiempo, eso lo lograré cambiar». Y no me cabe duda que esto será así, porque en estos dos años, donde he visitado al menos una vez al año su casa (y este año también lo haré, aunque no haya podido ser en Gastronómika), he conocido a una persona única y peculiar, de esas que no tiene pelos en la lengua y que va por la vida de frente, eso hace que se le apoye o rechace a partes iguales, sin matices. Yo, lo tengo claro, me gusta la gente así y me alegro mucho por él y los suyos. Para terminar hoy me decía, «ahora me toca disfrutar este premio en casa, San Sebastián, donde el miércoles doy una ponencia por la tarde y así podré mostrar a los asistentes como es mi cocina y como pienso. Esa cocina, que por mucho que a algunos les moleste, sigue siendo mía y continuaré dando el pan cuando yo lo crea conveniente«.