Vegueta es una de esas zonas capitalinas con un potencial enorme. La magia de sus calles, la riqueza de su entorno y la mezcolanza de habitantes locales y turistas, deberían ser capital para que una buena gastronomía brillara en su entorno. Lamentablemente, eso no es así, las razones son múltiples y aquí no vienen al cuento, pero en los últimos años hay gotas de ilusión y trabajo en algunos locales. Hoy nos sumergimos en una de las grandes sorpresas del último año, Suites 1478, restaurante ubicado en el hotel con el mismo nombre.
Al frente de su cocina, Carlos Mazorra, chef que ha trabajado entre otros, con Angel Palacios, uno de los mejores profesionales de la isla. A su lado, un fichaje estrella que lleva semanas en la isla, el Sumiller Gonzalo González, que entre otros, ha trabajado con Paco Pérez (Miramar) 6*Michelin entre sus diferentes restaurantes por España e Inglaterra. En un entorno que rezuma historia y elegancia por los cuatro costados (pendiente la visita al hotel en sí), me dispongo a dejarme llevar por la propuesta del chef.
Un Salmón marinado en la propia casa, con una cama de amaranto y manzana, constituye un bocado inteligente porque abre las papilas gustativas, a la vez que sabroso. A continuación, un Ceviche de Carabineros, donde la técnica para trabajar el marisco en distintas texturas, incluido un aire que le proporciona fuerza y sabor, están presentes en cada momento. Sin embargo, el siguiente plato, Steak Tartar de ciervo, resulta fallido por completo debido a un exceso de ingredientes y cítricos, que lo único que consiguen es ocultar y camuflar el sabor del elemento principal.
Seguimos viajando y saltando del mar a la tierra de manera indistinta, ahora el plato aprovecha la temporada de las Alcachofas, aquí cocinadas en baja temperatura y con unas almendras laminadas, que le confiere un contrapunto ideal al plato. El mar y montaña en un sólo plato lo muestra el Gambón con Vaca y Limón. El fondo de cocción en la carne hila toda la mezcla de ingredientes, mientras las 6 setas diferentes que acompañan el conjunto, realizan cada una de ellas su función. El cítrico del limón, sin duda, cobra todo su sentido durante su aparición en boca.
Un pequeño bajón en forma de Cochinillo con Remolacha, Manzana, Pomelo y Jengibre da paso a otro de esos platos que servirían de excusa para volver a esta casa: Cherne con Berros. De nuevo, el mar y la montaña en un plato, pero aquí, sacando lo mejor de cada uno de ellos gracias a los tratamientos por separado de cada uno de los productos. El pescado, en un punto de cocción impoluto con su piel crujiente y sedosa, al que los berros ayudaban a realzar, sin ocultar en ningún momento donde debería estar cada uno de ellos.
La parte dulce también tuvo luces y sombras. Comenzamos con un Arroz con Leche, al que no voy a destriparles la sorpresa interna, pero sí les digo que merece muy mucho la pena, por sabores y texturas. Por otro lado, la Tarta de Queso reconstruida llevaba un ingrediente en forma de fruta tropical, que se llevaba por delante lo más importante, el sabor del queso en la tarta. No estaba mala, pero no se podía llamar tarta de queso, sino más bien de maracuyá.
El servicio de sala y maridaje, impecable, una de las grandes sorpresas de la velada. Con únicamente 5-6 días en la sala, y pocos más en su isla tras un periplo peninsular que le ha tenido muchos años fuera, Gonzalo ha conseguido conocer la cocina de Carlos y proponerme un armonioso conjunto de vinos. La bodega pinta muy interesante si le permiten tener libertad a la hora de trabajarla. Carlos Mazorra muestra en la cocina su aprendizaje en la cocina de Angel Palacios, se nota su legado en él. En Suites 1478, el cruzar la puerta de un hotel para comer, algo que no muchos hacemos, no debería ser óbice para que comensales locales y foráneos disfruten de una cocina llena de sabor, inteligencia y personalidad.
PRECIO MEDIO POR PERSONA:
35€ EN ADELANTE
VALORACIÓN:
SALA: 6 BODEGA: 6 PRODUCTO: 6,5 COCINA: 7
EXPERIENCIA:
Restaurante al que vale la pena conocer y visitar, donde la cocina elaborada por Carlos Mazorra es un halo de ilusión por conseguir ofertar una gastronomía interesante y con personalidad, dentro de un hotel como este.
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