Han pasado 10 días desde Madrid Fusión 2019 y la cabeza lleva rondándome desde ese punto y final a la hora de expresar lo que siento con la participación de Canarias en uno de los congresos más importantes de la gastronomía a nivel mundial.
Si lo separamos por bloques, habrían dos secciones claramente diferenciadas. Por un lado, Saborea España, donde las islas de Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife han estado presentes, a la que el año próximo se unirá La Palma. Aquí la impresión que tengo es agridulce y así lo voy a transmitir. Por un lado, me alegra y reconforta ver lo que Saborea España intenta conseguir, aunar esfuerzos en los destinos asociados a la misma, que se afanan por presentar productos y bocados que despierten el interés por el visitante a la hora de acudir posteriormente a dichos destinos. Otra cosa es que eso se consiga, ya que en ocasiones parece más un mercadillo de comida, donde el visitante acude a llenarse el estómago entre ponencia y ponencia, sin interesarse por nada más al respecto. Creo que Saborea España y sus destinos deben replantearse la fórmula de participación, hay que darle una vuelta al concepto y conseguir que sea verdaderamente atractivo para el visitante profesional y con posibilidades de reenganche real.
Ahora vayámonos al análisis de lo que Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife han realizado en Madrid Fusión 2019. Partiendo de antemano en mis felicitaciones y reconocimiento a todos y cada uno de los que participaron trabajando duro para que eso fuera posible. Creo que ha llegado el momento de darnos cuenta, que por mucho que a nivel regional sigamos en los proyectos insulares, cada uno luchando por lo suyo, como además es lógico, a la hora de salir fuera haríamos mucha más fuerza si nos diéramos la mano y vendiéramos la imagen de CANARIAS, unida y conexionada. No tiene mucho sentido que en el espacio principal de Madrid Fusión, nos encontremos 3 islas diferentes (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura), cada una con un proyecto de comunicación y ejecución totalmente diferente. Como si no fuéramos un mismo destino. Por mucho que nos empeñemos en vendernos como “islas”, para un evento como este que es Madrid Fusión y léase que el mismo se puede extrapolar a San Sebastián Gastronómica o similares, a los ojos del visitante profesional se habla de CANARIAS.
Qué bonito sería ver un gran espacio con el nombre de ISLAS CANARIAS, y que una vez dentro del mismo, cada isla desplegara las bondades y virtudes de su propuesta. Sumando sinergias y dándonos la mano para atraer la atención real y no figurada de los grandes protagonistas de la gastronomía o del público que viaja alrededor del mundo, con la buena mesa como excusa. Se puede conseguir algo similar a lo que Promotur coordina con las grandes ferias como FITUR o World Travel Market. Hablando de Promotur y los distintos cabildos y ayuntamientos que acuden a dichas ferias, como se nota que hablan de la gastronomía de boquilla para fuera, pero siguen sin querer creer ciegamente y profesionalmente en la misma a la hora de usarla como reclamo en estas grandes ferias. Qué diferencia con destinos como la Comunidad de Madrid, Andalucía, Logroño o el País Vasco. Y en esta crítica, sumo también a las grandes cadenas hoteleras que van a realizar sus negocios ahí, por favor, hagan ejercicio de autocrítica y atrévanse a escuchar y observar como otros destinos sí usan la misma en favor de atraer a los visitantes. Como ejemplo, véase esta guía que se entregaba en el pabellón de Madrid, elaborada por miembros de la Academia Madrileña de Gastronomía, no por personas ajenas al sector.
De nada vale ponencias fugaces en los escenarios de un congreso como este, que únicamente alcanzan a los que allí la ven, si los medios de comunicación externos no fijan sus ojos en nuestro destino. Las ponencias que islas como Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote tuvieron en Madrid Fusión 2019 merecen el aplauso y reconocimiento para todos aquellos que la dieron. Pero necesitamos algo más, tenemos que conseguir llegar al punto en el que se hable a nivel de nacional de Canarias, como se hace con destinos tales como Andalucía, Cataluña, Valencia o Madrid, sin ir más lejos. Toca ser generosos los unos con los otros en nuestra tierra, mirarnos un poco más allá del ombligo propio de las virtudes y experiencia de cada uno, para así, poder caminar con paso firme en un mundo con tanta competencia como es el del “destino gastronómico”. También me gustaría hacer partícipe de este ejercicio de autocrítica a los organizadores de estos eventos, ya que los mismos podrían hacer mucho por impulsar esto. No vale solo con llegar a un acuerdo con el destino en cuestión, hay que retarlos a que sean mejores, impulsarlos y “obligarlos” a que presenten propuestas que de verdad, marquen un golpe en la mesa y no queden relegado a un segundo plano.
Termino esta post de reflexión con unas palabras a mis compañeros de los MMCC, nosotros también tenemos nuestra responsabilidad en esto. No debemos mirar para otro lado cuando las cosas son plenamente mejorables y además, todos lo comentamos en petit comité. Solo siendo críticos constructivos, reflexionando sobre lo que vemos y lo que pensamos al respecto, ayudaremos a políticos, técnicos, cocineros y organizaciones a mejorar y avanzar. Espero que este post no se entienda como una crítica a nadie en concreto, porque nada más lejos de mi intención. El mismo es simplemente una reflexión autocrítica que sirva a todos los que luchamos en este sector a seguir dando pasitos adelante, poniéndome a mí en primera persona a la hora de aprender de los errores para avanzar, a la vez que levantando la mano para ayudar en el momento en el que lo consideren oportuno.
